sábado, 12 de marzo de 2011

EMMANUEL KANT

Su filosofía es definida como idealismo trascendental, propone como tarea esencial, casi única de la filosofía, el estudio del conocimiento, se llamará epistemología. (Ciencia del conocer cierto). Kant supone que las cosas que nos presentan en la experiencia no son tan importantes como la forma previa, dentro del entendimiento, con que las entendemos.
Hume Kant advierte el principio de su Crítica de la razón pura: “Aún cuando todo conocimiento comienza con la experiencia, no por eso se origina, todo él, de la experiencia, ni se reduce a ella”.
Los juicios a priori son aquellos cuya verdad no depende de la experiencia; son universales y necesarios: su prototipo son los juicios analíticos. Los juicios posteriori son aquellos que dependen de la experiencia y son contingentes.
Kant afirma: “Está fuera de toda duda que el espacio y el tiempo son condiciones puramente subjetivas de nuestra intuición, y que con referencia a ellas todas las cosas son sólo fenómenos y no cosas existentes por sí”. Es decir, la idea de tiempo es una forma pura de la sensibilidad que no se refiere ni a la duración del día. Por ello todo lo que sucede en la naturaleza, todo lo que presenta a la sensibilidad, son fenómenos.
A la cosas en sí mismas las llama noúmenos, afirma que el hombre nunca puede conocerlos. Solo se puede conocer lo que se manifiesta a los sentidos y haya sido amolado a las formas puras del entendimiento humano.
Kant señala que tiene que haber una unidad anterior que el filósofo encuentra como conciencia de sí. Es decir que para que las categorías puedan establecer un nexo, es necesario que antes de ellas haya un “yo pienso” que las acompañe a todas.
La revolución copernicana es el conocimiento que gira en torno al entendimiento y el sujeto, y no en torno a la sensación y el objeto.





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