Hay dos formulaciones posibles de los imperativos para Kant: hipotético y categóricos. Los primeros formulan: “Toma la medicina si quieres sanarte”. En cambio los imperativos categóricos no admiten ninguna condicionalidad, traducen deberes absolutos.
El imperio categórico es la obra de manera que la máxima de tu voluntad pueda, al mismo tiempo, valer siempre como principio de una legislación universal. Quiere decir que debemos pensar que cada una de las acciones la llevamos a cabo como si fuera una ley válida para todos. La clave está en pensar que lo que guía nuestras acciones equivalentes a una forma universal, por lo tanto son conductas no deseables dentro de la ética kantiana.
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